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Obituario
La Gaceta en breve
Diario Oficial La Gaceta |
Desastre: Pánico y destrucción tras avalancha en Orosi
Orosi (Paraíso). Desde la noche del viernes, Gilberto Monge Obando,
habitante de Alto Loaiza de Orosi, sintió temor porque la quebrada Loaiza
comenzó a bajar con mucho barro.
Aunque se durmió, un ruido ensordecedor, acompañado de un ventolero y
una fuerte sacudida de la tierra, lo despertó ayer a la 1:45 a. m.
Era una avalancha de gran magnitud que se desprendía de lo alto del
cerro y que a la postre destruyó 13 de las 20 viviendas que conformaban ese
pequeño caserío.
A su paso el alud dejó, además de un enorme canjilón, una sensación de
impotencia, de daños por doquier y de temor a muerte pues al cierre de esta
edición seis pobladores todavía permanecían desaparecidos, según confirmó
la Cruz Roja Costarricense.
Daño
Derrumbe destruyó 13 de 20 casas en poblado
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Se trata de Rosa Brenes Siles, de 40 años; sus hijos
Shirley y Andrey Brenes, de 2 y 10 años, respectivamente, así como de
Isabel Sánchez Rojas, de 55 años, y sus hijos Fabián e Idaly Garita
Sánchez, de 10 y 20 años.
El alud quedó a unos 300 metros al oeste de la iglesia de Orosi, que es
un monumento histórico, colonial y arquitectónico.
Riesgo tras riesgo
Ayer, conforme fueron pasando las horas y debido al deslizamiento, tanto
la quebrada Loaiza como la quebrada El Cementerio comenzaron a formar
pequeñas lagunas que, unidas a un fuerte aguacero que cayó al mediodía,
provocaron que el barro comenzara a adentrarse en el centro de la población
de Orosi.
Para mitigar los efectos, vecinos armados con palas y sacos de arena
trabajaron intensamente para desviar la corriente y evitar así una mayor
destrucción.
Como consecuencia del peligro, la Comisión nacional de prevención de
riesgos y atención de emergencia (CNE), junto con la Cruz Roja y la Fuerza
Pública, desalojaron ayer tres cuadras al norte, tres cuadras al sur y todo
el sector oeste de la entrada principal de la iglesia de Orosi.
En esa zona, calificada como de alto riesgo, se ordenó no ingresar sin
autorización, al tiempo que se pidió a las personas que allí habitaban
dejar las casas cerradas y desconectar la electricidad y los equipos de
gas.
Ese sector permanecía bajo estricta vigilancia policial, con la
finalidad de evitar los robos.
Sin embargo, los problemas no solo eran para la comunidad de Orosi pues
en la parte más alta del cerro Loaiza, desde donde se originó el
deslizamiento, pasa el acueducto que abastece de agua potable un gran
sector del área metropolitana.
Arturo Rodríguez, de Acueductos y Alcantarillados, precisó que sobre la
tubería cayeron 20 derrumbes, dos de los cuales fueron considerados peligrosos
porque taponearon varios caños, lo cual podría socavar las bases de la
tubería.
Rodríguez rechazó que una fuga de agua del acueducto fuera la causante
del deslizamiento.
Julio Madrigal, géologo de la CNE, precisó que el alud fue una cuestión
natural, posiblemente por una gran filtración del agua proveniente de la
lluvia.
Igualmente, empleados del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE),
valoraban la situación de dos torres, en la zona, que sostienen una línea
de distribución de 34.500 voltios y una de transmisión de doble circuito de
138.000 voltios. Las estructuras están en un terreno con rupturas. |
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